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Teresa González desde la muerte de la autora de la Guacherna ha sido la protectora del legado de la Novia de Barranquilla.
La nostalgia toca a la puerta de Teresa González más fuerte en esta época del año. Las mismas brisas locas a las que Esthercita Forero le cantaba con su “derroche de sones cumbiamberos” han llegado de nuevo a la ciudad recordando el Carnaval que ya está aquí con su mágica noche de faroles de luceros y de Guacherna. “Me parece estarla viendo aquí a mi lado. Siempre cariñosa y amorosa con todos”, dijo González en entrevista con PUBLIMETRO.
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Esthercita Forero fue una de las primeras artistas que logró exportar la música barranquillera al mundo con sus innumerables éxitos. Hacia 1945 en países como Panamá, República Dominicana, Venezuela y Cuba se comenzaron a escuchar sus composiciones. “Ella hablada mucho de sus viajes y la idea de la Guacherna la trajo de una de las giras que hizo en Cuba. Mi abuela quería emular los desfiles nocturnos de Carnaval que conoció en la isla”, recuerda Teresa.
Desde el fallecimiento de la cantante y compositora barranquillera el 3 de julio de 2011 comenzó la labor de su nieta por entregarle a la ciudad los objetos más amados de la autora de ‘Volvió Juanita’. “Los barranquilleros siempre recordarán a mi abuela con su estatua, pero en la familia tenemos una gran colección de sus pertenencias más queridas y archivos de sus obras que son invaluables”, explicó Teresa.
El material consta de los muebles de la intérprete, la cama donde de pequeña tocaba el tambor, parte de su vestuario, medallas, placas, trofeos y también cuenta con un extenso archivo de blocks de papel en los cuales la artista componía sus inolvidables canciones. “En esos blocks de notas se puede apreciar donde mi abuela rayaba y tachaba las letras de sus composiciones”, cuenta su nieta.
Varios expertos han concluido que esta colección es histórica para ciudad y que merece estar en un lugar más apropiado a pesar de que está salvaguardada por su familia en la actualidad. “Nosotros hemos recibido algunas propuestas de museos y universidades pero nada se ha concretado hasta el momento. Hoy estoy segura que con el nuevo mandato de Alejandro Char y Eduardo Verano, quienes siempre se han mostrado interesados en este archivo, la obra del museo se hará realidad”, resalta González.
La mente creativa de Esthercita
Sobre la genialidad de Esthercita para escribir poemas y canciones, su nieta recuerda los rituales cotidianos que practicaba su abuela. “Le gustaba leer mucho. Para componer sus canciones no hacía siempre lo mismo. A veces nos contaba que le llegaba la melodía, la tarareaba y junto a su cama tenía una grabadora en la que cantaba la melodía para grabarla y la anotaba en su block de notas. Ella decía que su talento era un regalo Dios”, describe Teresa.
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Su nieta también cuenta que Esther Forero era una mujer reservada en su casa, que le gustaba escuchar música con un sonido moderado y que era disciplinada y estricta a la hora de acoplar la música a sus letras. “Ella también tenía su carácter con su música y no le permitía ninguna falla a los intérpretes de sus canciones”, cuenta su nieta entre risas.
Ahí viene la Guacherna
La protectora del legado de Esthercita explica cuál era la preocupación que inquietaba a su abuela antes de partir. “Lo que más deseaba Esthercita Forero era que no dejarán morir a la Guacherna. Ella quería que al final el desfile no se acabara y el público no se fuera sino que la gente se quedara en las calles, siguiera reunida y se divirtiera. Cuando eso pasaba ella decía que había sido una buena Guacherna”.
Este año, la familia de Esthercita desfilará en el recorrido portando un pendón junto a la orquesta de Pachalo, quien interpretará los éxitos de la eterna Novia de Barranquilla. “Queremos estar allí rescatando la esencia de la Guacherna. Así mi abuela ya no esté con nosotros, pero nos queda su música”.
Teresa suspira y su voz se quiebra al recordar a su abuela. “Estos años no han sido fáciles. Sobre todo en esta época que siempre la esperábamos con mi abuela. Nunca será la misma Guacherna sin ella, pero siempre la celebraremos”, concluye Teresa.