Al sur de Ciudad de México, se encuentra Xochimilco, uno de los lugares que sí o sí hay que visitar en su estadía, sitio en el que las aguas de los canales se adornan con 1200 trajineras que navegan al compás de los ritmos de mariachi y en el que no pueden faltar las historias, algunas de ellas derivadas de la especie que adorna el billete de $50 pesos mexicanos, el ajolote, animal al que la ciencia le ha puesto el ojo desde hace años por variedad de factores, dentro de ellos, su capacidad de regenerar sus extremidades y tejidos.
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Sin siquiera conocer que en la profundidad de estas aguas habitó uno de los 18 tipos de ajolote que hay en tierras manitas, mismos de los que solo hay 33 en el mundo; se percibe la importancia de este anfibio para la cultura, ya que su imagen destaca en figuras, camisetas y mercancía a la venta para el recuerdo de locales y extranjeros, hasta en gigantescos murales.
Gabriel, el guía que nos acompañó en esta aventura que fue posible gracias a Huawei, en su lanzamiento de la línea Pura 70 y el Watch Fit 3, fue contundente al señalar que los ajolotes casi desaparecieron de este lugar luego de que se trajeran tilapias africanas, para combatir una planta invasora que aún crece en los canales. Estos peces se reprodujeron en demasía, convirtiendo al ajolote en uno de sus alimentos. El experto en turismo, un xochimilca de pura cepa, añadió en su relato que para los años noventa se realizó un censo que dio como resultado la presencia de un solo ajolote en estas aguas.
A pesar de que su presencia ya es nula en este entorno, en el recorrido hay una parada obligatoria, el Ajolotario, un punto en el que Karen Paola Carrera, le dio a conocer a Publimetro Colombia algunos detalles desconocidos, para muchos, de este animal, mismo del que hay algunos ejemplares ubicados y cuidados en peceras especiales.
“El ajolote endémico de Xochimilco se encuentra en vía de extinción por la perdida de su habitad. (...) Ellos llegan a vivir de 15 a 17 años y pueden llegar a medir de 20 a 25 centímetros. Son prácticamente ciegos y aquí se les da de comer una lombriz acuática. Además, son capaces de regenerar sus extremidades si las llegan a perder, al igual que su piel, cartílago, pulmones, cerebro y parte del corazón”, le expresó Carrera al diario gratuito más grande del mundo.
